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Amy Goodman* y Denis Moynihan / Democracy Now!
Estados Unidos / Viernes 28 de junio de 2024
«Nadie debería pasar un día en prisión por dar al público información valiosa e importante, en este caso, información de que el gobierno de los Estados Unidos había cometido crímenes de guerra».
– Barry Pollack.
Julian Assange es libre.
Después de un calvario legal de 14 años que incluyó más de cinco años en la dura y máxima seguridad de la prisión de Belmarsh de Gran Bretaña, el fundador del sitio web de denuncia Wikileaks llegó a un acuerdo con los Estados Unidos, declarándose culpable de un solo delito grave de obtener y revelar material de seguridad nacional. Su sentencia: Tiempo cumplido.
Assange compareció en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en las Islas Marianas del Norte, donde la jueza Ramona Manglona dijo: «Este caso termina conmigo aquí en Saipán… podrás salir de esta sala de audiencias como un hombre libre». Añadió: «Entiendo que tu cumpleaños es la semana que viene. Espero que comiences tu nueva vida de una manera positiva».
La odisea legal de Assange incluyó el arresto domiciliario durante un año, en una casa solariega en la Inglaterra rural, siete años en la estrecha embajada ecuatoriana en Londres bajo asilo político, y luego en Belmarsh. Estaba luchando contra la extradición a los Estados Unidos, donde se enfrentaba a hasta 175 años de prisión.
«Había una fecha en la corte establecida para el 9 y 10 de julio… en la que Julian podría plantear el argumento de la Primera Enmienda en el Tribunal Superior», dijo Stella Moris Assange, la esposa de Julian, a la prensa poco después de que su marido aterrizara en Canberra, Australia, describiendo la apelación de extradición en los tribunales del Reino Unido que se llevaría a cabo el próximo mes. «Reveló lo incómodo que es el gobierno de los Estados Unidos, de hecho, de que se emitan estos argumentos, porque el hecho es que este caso es un ataque al periodismo, es un ataque al derecho del público a saber».
Stella, una abogada de derechos humanos, espera que Julian finalmente reciba un indulto. Estaba acompañada por los dos abogados de Julian, Jennifer Robinson, una notable abogada de derechos humanos de Australia, que ha estado defendiendo a Julian Assange desde el principio, y Barry Pollack, su abogado estadounidense. Pollack dijo a la prensa:
«Nadie debería pasar un día en prisión por dar al público información valiosa e importante, en este caso, información de que el gobierno de los Estados Unidos había cometido crímenes de guerra, que hubo víctimas civiles exponencialmente mayores de lo que el gobierno de los Estados Unidos había admitido en Irak y Afganistán… Julian se las proporcionó al público. Realizó un tremendo servicio público, no un crimen».
El enjuiciamiento estadounidense de Julian Assange ha despertado las alarmas a nivel mundial sobre su impacto potencialmente devastador en el periodismo.
«Hemos evitado una catástrofe de libertad de prensa», dijo Jameel Jaffer, director del Instituto de la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia, en Democracy Now! hora de noticias.
«La acusación… acusa a Julian Assange de haber solicitado secretos gubernamentales y de haber publicado secretos gubernamentales. Esas son cosas que los periodistas hacen todo el tiempo, que las organizaciones de noticias deben hacer si van a desempeñar el papel que queremos que desempeñen en nuestras democracias. La preocupación siempre fue que si este caso iba a un tribunal estadounidense, un tribunal estadounidense dictaminaría o podría dictaminar que la Ley de Espionaje hizo que ese tipo de actividad fuera ilegal y que la Primera Enmienda no protegía ese tipo de actividad. Eso habría tenido… implicaciones catastróficas para la libertad de prensa».
Cuando se le preguntó sobre el impacto del caso Assange en el del reportero del Wall Street Journal Evan Gerskovich, ahora en juicio en Rusia, Jaffer respondió:
«[Hio] que fuera mucho más difícil para los funcionarios del gobierno estadounidense defender la libertad de prensa en otros contextos. Y creo que el caso de Evan es uno de ellos».
Durante más de un siglo, la Ley de Espionaje de los Estados Unidos nunca se había utilizado para procesar a un periodista. El presidente Barack Obama lo usó para atacar a los denunciantes del gobierno, como al alto funcionario de la NSA, Thomas Drake, que expuso más de mil millones de dólares de dinero de los contribuyentes desperdiciado en la agencia de espionaje.
En abril de 2019, las autoridades británicas allanaron la embajada ecuatoriana, arrestando a Assange. Semanas más tarde, la administración Trump descongeló una acusación que, según se informa, había estado en proceso desde 2010, acusando a Assange de espionaje y piratería.
A lo largo de los años, Democracy Now! ha cubierto de cerca a Wikileaks, entrevistando a Julian Assange en numerosas ocasiones. Antes de huir a la embajada ecuatoriana, cuando estaba bajo arresto domiciliario en el Reino Unido, pero se le permitió viajar durante el día con un monitor de tobillo, moderamos un evento por la tarde con Julian y el filósofo esloveno Slavoj Zizek en el este de Londres.
Fue el 2 de julio de 2011, un día antes del 40 cumpleaños de Julian. Le preguntamos qué le dio esperanza. Trece años después, su respuesta sigue siendo sorprendentemente relevante:
«Hay un gran futuro, hay un futuro profundo que uno puede anhelar. Ese es un futuro en el que todos somos capaces de comunicar libremente nuestras esperanzas y sueños, información objetiva sobre el mundo entre nosotros, y el registro histórico es un elemento que es completamente sacrosanto, que nunca se cambiaría, nunca se modificaría, nunca se eliminaría… A partir de eso, fluye la justicia».
* Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
© 2022 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, [email protected]
Imagen de portada: Julian Assange. | Foto: AAP / Democracy Now!
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