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Alfonso Díaz Rey*
Viernes 21 de junio de 2024
El tema del agua ha cobrado actualidad sobre todo por el calor extremo que en algunas zonas de nuestro país, de manera atípica, padecemos como un efecto del cambio climático; lo que aunado a la escasez del líquido ha generado una grave sequía en tres cuartas partes del territorio nacional.
Recordemos que el agua es una sustancia cuya cantidad puede considerarse constante. Del total de agua en el planeta, solamente el 2.5% es agua «dulce», y de esa cantidad el 0.3% corresponde a aguas superficiales (ríos, lagos, lagunas). En México, como en el mundo, la distribución geográfica del agua dulce no es homogénea y la calidad varía en función a las características de cada región.
En México, en términos generales, el 76% del agua se utiliza en actividades agrícolas y pecuarias (de esa cantidad se desperdicia el 57%), el 14% en servicios públicos y el 10% en la industria. A la contaminación del líquido, que es otro de los problemas graves en materia de agua, contribuyen en primer lugar las descargas industriales; después, las de los servicios públicos y las de actividades agropecuarias.
El problema del agua no es nuevo en México. La ausencia de un control efectivo en el uso de aguas superficiales y de la extracción de mantos subterráneos, además del saneamiento inadecuado e insuficiente de las descargas industriales y urbanas, son factores que han contribuido a la agudización del problema en cuanto a escasez y calidad.
Si a lo anterior agregamos que la legislación vigente, la Ley de Aguas Nacionales (LAN, 1992) y el organismo encargado de la gestión del agua a nivel nacional, la Comisión Nacional del Agua (Conagua, 1989), creadas durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, regulan y administran ese recurso como si fuera una mercancía y por ello ser objeto de lucro, comprenderemos por qué los problemas relativos al agua en lugar de resolverse se han agudizado.
Desde la promulgación de la LAN hasta 2020, las concesiones para extracción y aprovechamiento de agua pasaron de 2 mil a 514 mil (La Jornada. 17-06-2024, p. 3), situación que en la práctica ha conducido a la apropiación privada de ese recurso natural y a su manejo como mercancía, lo que en el contexto del sistema económico prevaleciente genera sobrexplotación y abatimiento acelerado de cuerpos de agua superficiales así como de mantos subterráneos, lo que ha derivado en una situación de escasez.
Son tan fuertes los intereses de los grandes concesionarios que desde 2021 permanece «congelado» en la Cámara de Senadores el proyecto de la Ley General de Aguas que, se supone, sustituiría a la LAN, en busca de corregir desviaciones y resolver los problemas en torno a este recurso.
La apropiación privada del agua vulnera el derecho humano a su acceso y todos aquellos que dependen de este, como la salud, la alimentación y la vida misma
Por ser fundamental para la vida, razón por la cual el acceso a ella es un derecho humano que el Estado mexicano debe garantizar, el manejo y control del agua, como un bien nacional estratégico, debe ser exclusivo de la nación.
Dada la gravedad del problema del agua en México queda claro que se requiere un nuevo marco legal y normativo que sea garantía del derecho humano a su acceso; además del control estricto de la extracción, utilización y el saneamiento de las descargas industriales, urbanas y rurales, para evitar al máximo el dispendio y la contaminación. También, deberán impulsarse los mecanismos y organismos científicos y tecnológicos para sustituir agroquímicos y otros productos que contaminan los mantos subterráneos y cuerpos superficiales y son nocivos para la salud y la biodiversidad, así como la mejora de sistemas de riego, distribución, tratamientos y otros que contribuyan al ahorro, de agua y energía, a la mejora de la calidad y a un empleo más racional del líquido.
El problema es colectivo. Aunque son valiosos los aportes individuales, cualquier solución o plan para resolverlo tendrá éxito en la medida en que se dé la participación amplia y democrática de la sociedad. Empecemos por tomar una conciencia colectiva del problema.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
Foto de portada: Yoann Boyer (@yoannboyer) / Unsplash.
3 Comentarios
Aclaración:
El título del artículo es AH2ORREMOS, con el número 2 como subíndice, para indicar la fórmula del agua.
Tema estratégico para Guanajuato. Podría ampliar la información sobre «…el 76% del agua se utiliza en actividades agrícolas y pecuarias (de esa cantidad se desperdicia el 57%»?
Entre otras causas, por infraestructura deficiente e ineficiente, fugas, control inadecuado de extracción y uso y falta de conciencia ecológica.